Todo esto resulta especialmente lacerante cuando la ONU está acusada de mirar a otro lado en los múltiples ocasiones en que ha sido acusada de abusos sexuales en sus misiones “de paz”.

Recordemos que las acusaciones de violaciones, pedofilia y prostitución se sucedieron en 2006. Según la BBC, “niños en Haití y Liberia han sido víctimas de casos de violación y prostitución por parte de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas que están en esos países”. Existe un video en el que miembros de la ONU violan o intentan violar a un niño haitiano. “La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos de Haití afirmó que el joven fue sodomizado dos veces, además de golpeado”. Los cascos azules cometen abusos sexuales en Congo en 2003, en Sudán, en 2005; Cuarenta alumnos del prestigioso colegio alemán Odenwald, de la UNESCO, denuncian abusos sexuales y prácticas sádicas contra los alumnos (los profesores utilizaban a los niños como “sirvientes sexuales” durante los fines de semana).

Gracias a la agencia británica Reuters conocemos “el abuso sexual de niños por trabajadores humanitarios y fuerzas de paz es común”; “Las acusaciones de abuso sexual por parte de fuerzas de paz de las Naciones Unidas y trabajadores humanitarios en todo el mundo han aumentado en los últimos años”; “El estudio muestra un amplio rango de explotación y abuso: niños intercambiando sexo por comida, sexo forzado, abuso sexual verbal, prostitución infantil, pornografía infantil, esclavitud sexual, ataque sexual y tráfico de niños.” “De los 38 grupos, 20 identificaron a las fuerzas de paz de la ONU como los posibles sospechosos [de abusos sexuales]”.

Resulta cómico – e incomprensible – que la ONU, después de aprobar el informe Lunacek, en el que se da carta blanca a las teorías y propuestas de Ulrike Lunacek, la diputada verde que en 2013 intentó  legitimar la pedofilia, proponiendo una enmienda que invocaba la necesidad de una «educación sexual interactiva y libre de tabúes» para los niños mayores de 4 años, se revuelva contra el Vaticano por los presuntos y no presuntos casos de pederastia que – por cierto- se están combatiendo.

Y todo ésto, sin contar los continuados casos de corrupción en la cúpula de la institución: Kofi Anan y su plan “alimentos por petróleo” que resultó ser un , Kurt Waldheim o el actual Secretario general, Ban Ki-moon, al que se ha relacionado siempre con la secta Moon, la más peligrosa del mundo, según todos los expertos.

Fuente: anarcolibertad.com

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